Del viejo baúl de telas
reunió trozos de raso verde;
esmeraldas, bosques y acuarelas
cortados en triángulos escamas.
Agujas y suaves hilos plateados
usó para juntar uno con otro.
Lascivamente
la tela se ajustó a sus piernas
y la radiante sirena
arregló la cabellera sobre sus hombros,
se prendió un rubí en el ombligo
y otro cerca del pezón de vino.
En el acuario de su morada,
el agua se agitó con estremecidos peces.
Esperó al navegante de mares virtuales,
su inmejorable y apasionado amante
a través de matizadas olas
y tiempos siempre cambiantes.
Verónica Jiménez
reunió trozos de raso verde;
esmeraldas, bosques y acuarelas
cortados en triángulos escamas.
Agujas y suaves hilos plateados
usó para juntar uno con otro.
Lascivamente
la tela se ajustó a sus piernas
y la radiante sirena
arregló la cabellera sobre sus hombros,
se prendió un rubí en el ombligo
y otro cerca del pezón de vino.
En el acuario de su morada,
el agua se agitó con estremecidos peces.
Esperó al navegante de mares virtuales,
su inmejorable y apasionado amante
a través de matizadas olas
y tiempos siempre cambiantes.
Verónica Jiménez
1 comentario:
esta muy bueno lo que escribistes, te dejo mi blog para que lo conozcas, suerte!!!
http://selbstsicher.blogspot.com/
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