sábado, 5 de enero de 2008

A los niños que se van


Para Viri y todos los niños

En un ambiente azul intenso las nubes juegan con la luna, la envuelven, sólo se ve un brillante resplandor. A cada momento cambia el escenario a uno nuevo, distinto, difícil de describir, sorprendente y efímero. La cercan, la cubren, la visten de incontables formas impredecibles. Sobre la plateadísima luna caen velos de estrellas y capas de gasas luminiscentes. Debajo de esta maravilla de luz, la ciudad y las flores relucen con sus mejores matices. Miro al sur y sobre el tren que pasa inicia una lluvia de estrellas, posiblemente parecidas a las contempladas por el pintor Van Gogh, para ponerlas después en el lienzo dándoles forma de flores.

Escucho música, ahora recuerdo las campanas sutiles que acompañaron mi sueño. De nuevo nos cubrimos bajo las suaves mantas, pues la noche profunda con su aroma de frutas en almíbar calientito ya nos libera de la vida en la ciudad. Muchas cosas dolorosas suceden en los alrededores y un ángel nocturno ayuda y da calor a los niños que hoy se van y a otros nos invita a reflexionar sobre la pobreza y la desigualdad en el mundo. Al mismo tiempo, los pequeños que hoy tienen que partir son invitados por el ser alado a comer en el camino los helados de su preferencia, para nada importa que sea de noche; una niña ataviada con abrigadora capa roja ya lo pidió de zarzamora y un niño lo prefiere de limón con café o chocolate, los cuales son servidos en brillantes envases hechos en la luna. Saboreando esas delicias todos se alejan dibujando constelaciones con gises de polvo espacial sobre el azul intenso de esta noche de mejores caminos que sólo ellos merecen caminar y disfrutar.

Para Viridiana Jiménez Lizárraga. con el afecto de:

Verónica Jiménez Reyes

jueves, 3 de enero de 2008

¡Felicidades en este 2008!

Que un viento musical siempre amable y fresco nos acompañe en los caminos por donde habremos de transitar y que los Reyes Magos les cumplan sus deseos a quienes actúan con un sentido común sensato.


Les dejo una pregunta:

¿Saben qué le dijo el tres al treinta?

Verónica Jiménez Reyes