lunes, 23 de noviembre de 2009

En el sueño

Iba al mar a recibir a su amigo de la prepa. Era un lugar un poco solitario, nublado y oscuro. Ya habían bajado varios jóvenes del barco, vigilados por un grupo casi igual en número, tenían que caminar por un andador alambrado. Luego, reunida con él y sin la vigilancia de aquéllos, a la entrada del metro o de una estación de ferrocarril se estrecharon . Ya la iba a besar cuando dos hombres se acercaron lastimándole los hombros (había algo de placer en la mirada de tales sujetos). Entonces se acercaron dos caballeros no muy ancianos y con voz baja, suave y enérgica que no podía pasar inadvertida, pidieron a los agresores que dejaran de molestar al joven. Así la pareja pudo seguir su camino sin contratiempos.

Verónica Jiménez Reyes