lunes, 16 de mayo de 2016

Nota con motivo del Día del Maestro


Me acuerdo de casi todos mis maestros desde que era niña hasta que estudié en la UNAM. Pero en esta breve nota quiero apuntar que en la Escuela Secundaria No. 60,  los alumnos de tercer año tuvimos un buen maestro de Español, su nombre es Sabás Hideroa, quien sabía leer muy bien en voz alta. Nos leía textos de autores españoles con una magnífica dicción y haciendo las pausas requeridas por el texto. Con ello mantenía al grupo atento y en silencio pero encantado con su lectura.

También en la literatura se ha reconocido a los buenos maestros, un ejemplo lo tenemos en el cuento de  José Emilio Pacheco, titulado El principio del placer *, donde escribe lo siguiente:

"El profesor Castañeda nos recomendó escribir un diario. Por eso acepté que me obsequiaran esta  libreta verde. Cuando menos no chupa la tinta como los cuadernos del colegio. Según Castañeda, un diario enseña a pensar claramente porque redactando ordenamos las cosas." p. 11.

Para finalizar este apunte quiero decir que mi papá se fue el siete de abril de este año y que le agradezco todo lo que hizo por su familia, los Jiménez Reyes. Ël fue profesor en las Escuelas primarias "Héroe de Nacozari" y "Héroes de Zacapoaxtla", ubicadas en la Colonia Moctezuma, Ciudad de México. Por lo anterior aquí aprovecho para desear Felicidades al maestro normalista Melesio Jiménez Melgarejo.

*José Emilio Pacheco, México, UNAM, 1982.

Verónica Jiménez Reyes

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